martes, 27 de septiembre de 2011

El rey traidor

Alfonso XIII pone una medalla a Franco
Por Bartomeu Mestre i Sureda.

Entre las historias poco conocidas que he divulgado, esta es de las más vergonzantes y escondidas. El 26 de noviembre de 1931, las Cortes republicanas firmaron una ley que declaraba a Alfonso XIII culpable de alta traición y le despojaba, a él y a sus descendientes, de todos los títulos. Esa ley fue abolida ilegalmente por Franco, en 1938, en pleno levantamiento fascista militar. Los que tramaban la mal llamada "transición" (una restauración borbónica más) hicieron la vista gorda. ¿El resultado? Una democracia condicionada y en libertad condicional.

***
¿Y qué, si las madres lloraban
con el mayor desconsuelo?
¿Y qué, si en España
los piratas gobernaban?
Si a él no le faltaban
a docenas las queridas,
jovencitas y garridas,
¡le molestaba muy poco
que luchando en Marruecos
se perdieran tantas vidas!

Los versos, de Pere Capellà, popularizados por Biel Majoral, son extraídos del CD Canciones Republicanas. El protagonista es Alfonso XIII y la canción menciona la mortandad que hubo en Marruecos. La primera derrota, el 27 de julio de 1909 (hace poco más de 100 años) fue en el Barranco del Lobo. Murieron muchos reservistas catalanes embarcados sólo una semana antes en Barcelona, ​​en medio de una protesta ciudadana que desencadenó la Semana Trágica. La segunda gran derrota, el desastre de Annual, fue el 22 de julio de 1921. Murieron más de 23.500 hombres (20.000 del ejército colonial español). En aquellos 12 años, murieron más de 50.000 soldados. El fracaso se debía imputar a los generales Franco, Millán Astray, Dámaso y Silvestre. Sólo el último asumió responsabilidades y se suicidó. No obstante, la presión popular exigió abrir una investigación que sería conocida como "el expediente Picasso", por el linaje del general instructor, Juan Picasso, que decidió algo tan insólito como llegar hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga y sin exclusiones.

El expediente ponía en evidencia las irregularidades y la corrupción del ejército español en África y la implicación del rey de España. La información era de tal magnitud que, en agosto de 1921, Alfonso XIII encargó al anticatalanista Antonio Maura la formación de un nuevo gobierno. Era el pez que se mordía la cola. Toda una ironía, porque Maura había caído en 1909, a raíz del descrédito internacional por la represión de la Semana Trágica, especialmente el fusilamiento de Ferrer Guàrdia. En todo caso, la investigación continuó y en abril de 1922 Picasso entregaba 2.433 hojas en el Congreso. Las filtraciones a la prensa demostraban que el instructor no se había dejado intimidar por las orientaciones del general Berenguer de limitarse a los hechos bélicos y evitar referirse a las órdenes superiores.

La comisión del Congreso debía emitir el dictamen el 1 de octubre de 1923, pero tres semanas antes Miguel Primo de Rivera, con el apoyo y estímulo de Alfonso XIII, instauró la dictadura militar y ordenó destruir el expediente. Por suerte, Mateo Sagasta esconde una copia en la Escuela de Ingenieros Agrónomos que dirigía y en abril de 1931, a raíz de la proclamación de la República, lo devolvió al Congreso. Esto permitió reanudar los trámites interrumpidos y acusó formalmente al ex rey de actuar por encima de sus facultades, de ser responsable de instaurar una dictadura militar, de perjuro, de suprimir los derechos, garantías y libertades de los ciudadanos, de violar la Constitución en vigor, de alta traición, de actuar contra el pueblo, de fomentar un ejército para fortalecer su poder absolutista, de estimular las matanzas de África, de actuar contra la voluntad del pueblo y del delito de lesa majestad.

Tras los debates correspondientes, el día 26 de noviembre de 1931, las Cortes españolas publicaron la Ley que condenaba in absentia al acusado: Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los poderes de su magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico del país, y, en su consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena. Privado de la paz jurídica, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional. Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes, le declara decaído, sin que pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores. Sí, ¡lo habéis leído bien!

En 1938, en plena rebelión militar e ilícitamente, Franco derogó la ley y, en 1969, designó sucesor al nieto del condenado. Ordenó destruir el expediente (no en vano, Franco era uno de los mayores responsables de los crímenes contra los marroquíes), pero fue inútil, porque la documentación se publicó en Buenos Aires. Entre otros, aparece el teniente coronel Ricardo Fernández Tamarit, años después juez instructor del expediente contra el alcalde Emili Darder [alcalde republicano de Palma (Mallorca)] a quien condenaron a muerte y fusilaron.

De todo esto, no se habla nada en absoluto. Por el contrario, se ha echado tierra ["sal", sic autor] a la memoria. De esta manera, se ha enterrado otra historia que nos han ocultado los grandes cómplices del silencio: los autores de los infectos programas escolares de un postfranquismo inscrito en la vigente restauración borbónica.

26-09-2011
http://blocs.mesvilaweb.cat/node/view/id/205541

En BALUTXO DIXIT
Bartomeu Mestre i Sureda
http://blocs.mesvilaweb.cat/balutxo
______

Bartomeu Mestre i Sureda es escritor. El rei traïdor. Traducción libre catalán/castellano de Juan Carlos Rubio. Autorización expresa del autor a su publicación en Criticus.net

No hay comentarios:

Publicar un comentario