En los profesionales del periodismo, no ultramontano, existía la opinión compartida de que la radio y la televisión públicas españolas (RTVE) habían adquirido un alto nivel de profesionalidad, pluralidad e imparcialidad. Algunos ciudadanos diremos que es uno de los (escasos) avances ejecutados en la era del expresidente Rodríguez Zapatero.
Pero al Partido Popular no le gustaba el "modelo" del ente público. Estaba mucho más a gusto con un modelo de televisión "pública" —ya por poco tiempo, ante su inminente privatización— como el de Telemadrid, la televisión "de" Esperanza Aguirre. Una televisión manifiestamente parcial, al servicio de la presidenta y de su PP madrileño; como prueba reciente la bronca que les echó a unos reporteros de la cadena, por ir a cubrir una noticia "incómoda".
Tras ganar las elecciones legislativas generales de noviembre pasado, el Partido Popular se puso manos a la obra. Entre decretos leyes de los urgentes recortes económicos, sociales y de servicios públicos con los que no para de agredirnos, encontraron un hueco para hacer sus arreglitos en RTVE.
El Boletín Oficial del Estado (BOE), en el que siempre encontramos sorpresas en esta era de gobierno Rajoy, publica el 21 de abril el Real Decreto de modificación del régimen de administración de la Corporación RTVE. Mediante este RD se elimina el consenso político para la elección del presidente de la corporación. Aquí se sitúa el principio del fin de la pluralidad, imparcialidad e independencia informativas.
Una vez renovada y "depurada" la cúpula directiva e informativa, se empiezan a percibir y sentir los efectos del formateo de programas y de profesionales. Se trata de instalar su 'software', re-programar, a imagen y semejanza del partido.
La "incómoda" Ana Pastor (Los Desayunos de TVE), destituida. En el mismo espacio televisivo "caen" tertulianos como Fernando Berlín y Jesús Maraña. Antón Losada abandonó La 1 en febrero, como él mismo dice antes de que le "desayunaran". Xavier Fortes, de La noche en 24 horas, también fue destituido.
Por lo que respecta a RNE. A Javier Gallego 'Crudo' (Carne Cruda, Radio 3) no le renovaron el contrato. Cesan a Toni Garrido (Asuntos Propios). "Prescinden" de Juan Ramón Lucas (En días como hoy).
Paralelamente nos vamos enterando de la entrada de determinados personajes, y la re-entrada de estómagos agradecidos, más cómodos y próximos al mensaje único. Estrellas de una gran altura periodística y discreción ideológica, tales como Carmen Lomana y Bertín Osborne.
Y, como guinda (hasta el momento), la "colocación" de la mujer del cínico ilustrado ministro (de Cultura) José Ignacio Wert. Edurne Uriarte (columnista de ABC; tertuliana de la radio episcopal COPE, y de la ultraconservadora cadena de televisión Intereconomía), es la nueva tertuliana de Los Desayunos de TVE. Sólo el ministro Wert y su partido pueden hacer algo así sin despeinarse.
La temporada de informativos de TVE empieza siendo noticia los propios informativos. Relegan al minuto 25 (y quinto lugar en el Telediario de las nueve de la noche) la noticia de la Diada de Catalunya; habiendo sido portada de la mayoría de los medios de comunicación españoles (no pro-gubernamentales) y extranjeros, como la prestigiosa cadena pública británica BBC (a la que no hace mucho se equiparaba la RTVE).
Antes de concluir es obligatoria la mención del veterano reportero de TVE Vicente Romero. Director del espacio de viajes Buscamundos (La 1). La cadena quiere jubilar "forzosamente" a este profesional, como él mismo dice "por viejo" —lo cual es claramente ilegal—. Una muestra más de la moral de los nuevos directivos de la corporación.
Esta es la renovada RTVE de todos (pero más del partido político del Gobierno).
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