viernes, 25 de enero de 2013

Presunción de inocencia a la carta

Con negocios honrados es posible hacer una fortuna de 22 millones de euros. No ha sido de un día para otro, sino a lo largo de veinte años (osea, a 1.100.000 euros por año). ¿Se trata de Bill Gates, con Microsoft? No. ¿De Mark Zuckerberg, con Facebook? No. ¿Del difunto Steve Jobs, quizás, con Apple? Tampoco. Es de Luis Bárcenas, el intrépido alpinista y meticuloso extesorero del Partido Popular.

Un dinero que, honradamente, se depositó en una cuenta bancaria en Suiza. Que, honradamente, ha viajado por distintos paraísos fiscales. Y que, honrada y legalmente, ha tributado a un 3% acogiéndose a la regularización (amnistía) del honrado ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Eso sí, después de que el importe blanqueado haya encogido en la lavadora, hasta quedarse en 10 millones de euros. Millones de euros que forman parte de los 40.000 que 29.065 patriotas y 618 empresas han regularizado (amnistiado).

Es lo que nos cuenta el entorno político y mediático del Partido Popular, en el caso de su extesorero. Quién puede pensar que ese dinero provenga de comisiones ilegales del partido. Qué absurdo creer que en la sede de la calle Génova se repartieran sobres, libres de impuestos, con un grosor proporcional a la jerarquía, cargo y rango.

Montoro nos tranquiliza con su indignación ante la pregunta de si ha recibido sobres, aunque no responda con un rotundo no. Incluso nos recuerda que podemos consultar su declaración de la renta en internet.

También nos deja tranquilos el saber que el PP va a realizar auditorías interna y externa, de la contabilidad "A". Es bien sabido que las contabilidades "B" se entregan diligentemente a los auditores, tributan y se depositan en el Registro Mercantil.

Los defensores, a capa y espada y manos en el fuego, de la honorabilidad de los dirigentes del PP nos recuerdan la sagrada presunción de inocencia. Los mismos que la convierten, con frecuencia, en presunción de culpabilidad, cuando se trata de otros partidos políticos y personas no afines. Los mismos que confunden, intencionadamente, las responsabilidades administrativas, civiles y penales, con las políticas.

Los ciudadanos estamos muy hartos de la tríada de la impunidad de los corruptos y delincuentes económicos y financieros españoles. Primero tienen la prescripción. Si no es posible, intentan la anulación de las escuchas telefónicas, aprovechando cualquier resquicio legal al que puedan acogerse los reputados y caros despachos de abogados. Y, si finalmente nada de lo anterior funciona, siempre queda el discrecional, arbitrario y decimonónico indulto; sin necesidad de motivación, y haciendo caso omiso de la oposición judicial y fiscal.

Nos gustaría saber cuántos Bárcenas, López Viejo —exviceconsejero de Presidencia de Madrid, con Esperanza Aguirre; 1,6 millones de euros amnistiados fiscalmente— y similares hay en esas 29.065 personas regularizadas. A cuántos se les ha regalado este traje, de 'Prêt-à-porter' en los impuestos pagados, pero de alta costura en desprecio a la gran mayoría de ciudadanos que cumplen con sus obligaciones tributarias. Lástima que Montoro no pueda incluir sus nombres (por imperativo legal, del real decreto ley que contiene la regularización fiscal) en la famosa lista que quiere hacer pública, de grandes morosos y defraudadores fiscales.

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